Aquí vengo a honrar al viernes 28 de febrero de 2025. Una muy bonita imagen del ayer, la cual destila emotividad desde donde se la observe, incluyo hoy en mi blog personal. La misma –con tintes familiares– fue extraída con mi cámara en las primeras horas de la noche del 13 de diciembre de 2010. Fue al cierre de la velada del patín artístico del Club Leones, comandado por la profesora Pamela Ghione, en su salón gimnasio sito en el Parque Fiesta Nacional del Trigo. ¡En absoluto es un canto a la tristeza, sino un dulce viaje al pasado, una ventana que se abre en el alma para dejar entrar los instantes que nos hicieron quienes somos! La nostalgia no duele, abraza; no encadena, ¡libera! Es la percepción de que lo vivido fue real, y su huella es una marca imborrable en nuestras biografías personales.
NOTAS DE LA FECHA
Es el Día Nacional del Bailarín y el Día Mundial de las Enfermedades Raras.
Además, el 28 de febrero de 1780 un terremoto de 7,4 grados en la escala sismológica de Richter sacudía a Irán, causando 200.000 víctimas mortales y la devastación en casi todo el país. En 1922, Egipto se independizaba del Reino Unido. En 2013, en Ciudad del Vaticano, renunciaba el papa Benedicto XVI, siendo el primer pontífice en hacerlo en la era contemporánea y el cuarto en la historia de la Iglesia. Y en 2016 fallecía George Kennedy, reconocido actor estadounidense nacido en 1925.
En el Santoral Católico es san Román de Jura, santas Marana y Cira de Berea, san Hilario y san Osvaldo de Worchester. Restan 306 días para concluir el año.
RENUEVAN SUS EDADES HOY
Este viernes 28 cumplen años los siguientes amigos, presentes en las redes sociales y en la vida cotidiana:
- Matías E. Alessandroni
- Jorge Miguelletto
- Maricla Pugliani de Ciocca (imagen adjunta)
- Santiago Strub
- Agustín Ricotti
- Javier Piersimoni
- Matías Alberti
- Mariquena Giraudo
- Karina Vega
- Rosalía Andrea Piuma
- Carlos González
- Liliana “Lilita” Nassi
- Vicky Bortolossi
- Mariela Bongiovanni
¡Que lo disfruten en compañía de sus seres queridos!
“EL ESPEJO DEFORMADO”
La soberbia es “un espejo deformado”, decía mi añorada profesora Susana. Era veraz su opinión. Quien la practica se observa a sí mismo con una grandeza ficticia, ajena a toda proporción real. Y ahí va: desfilando por la vida con un aire de superioridad, convencido de que su verdad es la única, su voz la más fuerte y su presencia imprescindible. Sin embargo, la soberbia es un castillo de naipes que, tarde o temprano, se derrumba con el más leve soplo de la realidad.
Domina en los altaneros una peligrosa desconexión con el mundo que los rodea. Se aíslan en su torre de cristal, creyendo que están por encima de los demás, inmunes a los errores y ajenos a las lecciones que la vida ofrece. Pero la realidad es una maestra implacable. Tarde o temprano, esa misma vida que intentan mirar desde arriba les propina un golpe certero: un tropiezo, un fracaso, una verdad reveladora. Es allí cuando el soberbio queda expuesto, despojado de su arrogancia, y el ridículo se convierte en su peor escenario.
La soberbia no solo ciega, sino que aísla.
Nadie quiere permanecer mucho tiempo al lado de alguien que siempre cree tener la razón, que desestima las opiniones ajenas y que no acepta el error como parte del aprendizaje. A la postre, el soberbio, casi sin darse cuenta, se va quedando solo, acompañado apenas por el eco de su propia voz. Es asombrosamente curioso cómo la vida tiene un talento natural para equilibrar las cosas...
A la soberbia se la enfrenta con la humildad, al ego con la fragilidad, al orgullo desmedido con la cruda realidad. Porque solo cuando la vida nos sacude, cuando caemos y sentimos el peso del suelo bajo nuestros pies, entendemos que no somos invulnerables. El genuino aprendizaje llega cuando se acepta que no lo sabemos todo, que no somos mejores que nadie y que, en este viaje, todos estamos aprendiendo. La humildad, antónimo de la soberbia, permite crecer, conectar y comprender; es la llave para mirar a los demás a los ojos, para tender una mano y para recibir –con gratitud– las enseñanzas que cada experiencia arroja.
En un primer momento la soberbia puede alzarse como un gigante, pero se sostiene por “pies de barro”: cuando la realidad la golpea, no queda más que escombros de un ego que, en su afán de grandeza, olvidó lo esencial: la humanidad, la sencillez y la virtud de ser auténticamente humilde…
“DIME UN PROVERBIO, Y…”
“El que calla, otorga”. El origen de este proverbio se remonta al derecho romano, donde se consideró que el silencio podía interpretarse como aceptación de un hecho.
LA DANZA DE LA ALEGRÍA
Todos los 28 de febrero se celebra, en nuestro país, el Día del Bailarín, festejo establecido por la Legislatura Porteña, según ordenanza Nº 47619 de agosto de 1994, en conmemoración del nacimiento del bailarín argentino Jorge Donn de acuerdo a su partida de nacimiento 29 de febrero de 1947. Esta fecha no debe confundirse con el Día Nacional de la Danza que se conmemora el 10 de octubre en homenaje a los bailarines del Teatro Colón, fallecidos en una de las peores tragedias aéreas de Argentina, ocurrida aquella jornada de 1971.
Donn estudió danza clásica con María Fux en la Escuela del Teatro Colón. A los 15 años debutó en la compañía de Maurice Béjart en Bruselas. En 1976 se convirtió en director artístico del Ballet del Siglo XX y para 1988 el bailarín ya había creado L’Europa Ballet, su propia compañía que duró poco tiempo. Un año después, la fundación Konex le entregó un reconocimiento por su exitosa carrera y lo catalogaron como unos de los cinco mejores bailarines de la historia argentina. El 30 de noviembre de 1992 falleció en la ciudad de Lausanne por el sida, conmocionando al mundo de la danza internacional, que todavía lo veía entregando su mirada en los escenarios.
¡Les auguro un feliz Día a los bailarines que siguen mis líneas a diario!
¡QUE ASÍ SEA!...
¿No “le pasaron volando” estos dos meses inaugurales del año? Iba a escribir “nuevo año”… pero me contuve. Estamos a un pasito de marzo, tanto es así que el futuro encuentro, en este mismo sitio, me tendrá empotrado en él. Deseo con vehemencia que traiga una cuota de buenaventura económica en ustedes y, en primer orden: mucha salud, un don primordial, subestimado muy a menudo. ¡Que así sea!, es mi sincero anhelo...
Tal como lo señalé en el párrafo anterior, ya estamos circulando por las horas postreras de febrero, el mes más corto del año. Veintiocho etapas que van quedando atrás. ¡Cuántas cosas buenas y no tantas pasaron por ellas! Pareciera hace un rato que comenzaban a desandar, sin embargo serán historia apenas marzo tome impulso. Si Dios nos lo permite, dentro de 31 jornadas estaré escribiendo algo similar a este párrafo. Así transcurre el tiempo, así transcurrimos nosotros, ustedes y yo más los que vengan. Dejo de reflexionar sobre las cronologías, sus historias y sus tiempos imposibles de detener y me dispondré a preparar los ñoquis con salsa roja y abundante crema pues, pese a que no hay “un 29” mañana, igual voy a seguir con la rutina habitual, sin importar el calor reinante: no son caros y auguran éxitos futuros.
EL PODER DEL HUMOR
El humor tiene un poder muy asombroso y especial: nos hace más fuertes. Por otra paste, nos enseña que la tristeza puede transformarse en un guiño, en una carcajada que desafía al destino. Y en esa risa, quizás, encontremos la más pura de las verdades: que la vida es una tragicomedia en la que no elegimos el guion, pero sí cómo interpretarlo.
CUESTIONES DE ATREVIMIENTOS
Aceptar una injusticia solo porque “siempre fue así” es condenarse a la resignación y perpetuar un ciclo que tal vez pudo haberse roto con el primer atisbo de inconformismo. Las grandes transformaciones de la humanidad nacieron de la inconformidad, de aquellos que no se conformaron con lo establecido y decidieron desafiar el statu quo.
La historia está saturada de realidades que parecían inamovibles hasta que alguien se atrevió a cuestionarlas. Si muchos hubieran aceptado la imposición de “así son las cosas”, aún viviríamos en sociedades sin derechos fundamentales, sin avances sociales, sin cambios que hoy damos por sentados. Aunque hay que dejar en claro algo: luchar contra la injusticia no implica necesariamente un enfrentamiento frontal o desgastarse en una batalla perdida; a veces, la resistencia se da en pequeños gestos, en la difusión de una idea, en la educación, en la siembra de una semilla que otros harán crecer.
No se trata de derribar muros de un solo golpe, sino de desgastarlos poco a poco hasta que se desmoronen por sí solos. Porque lo que siempre fue así… ¡no tiene por qué seguir siéndolo! ¿Qué piensa usted al respecto?...
PARA CONCLUIR, UNA FRASE CÉLEBRE…
“El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad”. De Johann Wolfgang von Goethe. ¿Les gustó? ¡Hermosa jornada! Nos reencontraremos muy pronto, si Dios ha de querer…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario